
Al tiempo que baja la obesa mano con la que enfatizo la orden de tacos el policía de transito de Naucalpan emite un sonoro eructo que provoca la risa de sus tres acompañantes.
Ramiro justo al momento de entrar grita “Alambreeeeeee. Hazte los de alambreeeeeeeee” sin darse cuenta de la desagradable presencia del comandante Tomillo y sus secuaces.
Ya dentro y tras el escrutinio mutuo entre “polecias” y los demás la banda toma asiento. Jazz susurra: “Yo no como puerco. ¿Quién los pidió?” Ramiro no puede evitar la carcajada. El comandante Tomillo se siente aludido, no los alcanzo a escuchar pero sabe que se trata de el. Esta a nada de tomarselo personal. Uno de los chalanes del comandante –otro “cop” de poca monta- en su busqueda por los limones pasa muy cerca de Rito que solo lo mira con desagrado, el error del policía fue tocar a Ramiro, intolerante con el “representante de la ley” le grita en la cara: “¡No me toques animal! ¡¿No ves que voy a comer y no me quiero lavar las manos otra vez?!”
Es lo último que aguantara el comandante, tomando por la cabellera al buen Ram le grita mientras le escupe y salpica con los restos de cilantro, carne, tortilla y “Jarrito” sabor toronja: “¡Me cagan los marihuanitos como tu! No se de donde vengas pero seguro que traes la bolsita metida en la cola putito. Ahorita me la vas a dar culero.
Muchachos llévenselos”
Antes de salir de la taquería Ramiro alcanza a dejar caer la “bolsadelamostazarojayretefresca” en el bote de agua donde remojan el cilantro. Llevado a rastras y aflojado a llegues en el riñón y rodillazos en los muslos lo suben a la patrulla donde queda encima de los otros tres.
Llegando al MP los policías sujetan a cada uno por el pantalón para meterlos a la agencia, al paso por la barandilla se alcanza a leer el titular del Milenio:
Carstens se come los mocos… ajenos: Conejo de Pascua…
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